Comprensión de oraciones ambiguas efectos del envejecimiento en el procesamiento sintáctico.

Abstract

El lenguaje es una de las capacidades más fascinantes del ser humano. Nos permite transmitir y recibir información desde y hacia nuestro medio con extraordinaria facilidad y naturalidad, siendo precisamente esta característica la que nos hace olvidar la complejidad del mismo. Esta facultad se sustenta en diversas capacidades cognitivas complejas, tales como la capacidad de transformar señales acústicas en representaciones de significado y, a su vez, transformar ideas y conceptos en unidades lingüísticas estructuradas y ordenadas con las que podemos transmitir información hacia nuestro medio. Además, estas capacidades cognitivas poseen un sustrato neuroanatómico y fisiológico cerebral que las posibilita y sustenta, con lo que el sistema lingüístico adquiere gran complejidad. De ello, se desprende que su correcto funcionamiento dependerá entonces de información de variada índole codificada en distintos formatos. Destaca la indemnidad del sustrato neuroanatómico y fisiológico cerebral, las funciones psicológicas y cognitivas (atención, percepción, concentración, memoria, ideación etc.) y la información lingüística propiamente tal (fonológica, sintáctica, morfológica, semántica y pragmática). La variedad de sistemas involucrados hace que el estudio de la adquisición, uso y deterioro del lenguaje no sea una tarea sencilla. Por ello, en un intento por develar la intrincada arquitectura funcional del lenguaje humano, su estudio ha sido abordado por distintas disciplinas tales como la neuroanatomía, la neurofiosiología, la neurolingüística, la psicolingüística, la lingüística y la filosofía, entre otras. Estos esfuerzos han producido un cuerpo de conocimiento significativo que nos permite vislumbrar algunos de los misterios que se esconden tras la facultad del lenguaje.